No pienses y sonríe

6 mayo 2015

¡Madre mía, qué guapa! No parece ni ella… qué feliz está, qué brillo en los ojos… ¡Y ese escote! Siempre ha sido una persona feliz, eso me encanta de ella.

Le queda como un pincel el vestido, casi tan bien como a Laia. ¿Dónde está? Ahí, en la segunda fila. No a todo el mundo le sienta bien ese color verde…

Ya viene para acá, llegó el momento. Qué calor, Dios mío, me apreté demasiado la corbata. Viene, sonríe que viene. A ver, ¿qué se ha hecho en el pelo? No sé si me gusta, casi que suelto le quedaría mejor para las fotos. ¿Y qué llevará debajo del vestido? Nada extraño, probablemente… Qué sosa ha sido siempre. Bueno, pero hoy sí, fijo que hoy me sorprende. Bueno, ya está, sonríe y mírala a los ojos. Y deja de pensar. Deja de pensar y sonríe. Ya está hecho.

¿Por qué esa cara de bobalicón otra vez? Parece tan seguro y convencido… Mírale a los ojos y déjate contagiar. Sonríe, como está haciendo él, déjate contagiar. Cómo me pican las bragas… Maldita manía la suya de vestirme de putita, si sabe que así luego no dura ni tres minutos.

Y qué calor, qué dolor de cabeza. Me han apretado demasiado el moño. Bueno, vamos allá. No mires a mamá, que te lo va a leer en la cara, ni a papá, ni a Laia. Tú cabeza derecha, mirando al frente y ya está. Ya está. Sonríe y deja de pensar. Déjalo ya, que va a empezar.

-Hermanos, hermanas, estamos aquí reunidos…

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