Dans la barque

20 marzo 2015

Texto para la Habitación Propia, Tertulia literaria en Bruselas y Madrid.
(Traducción más abajo)

24 Mars 2004

Il a les yeux noirs, comme le lac où il est grandi. «Samil, Samil», le dicen los niños cuando le ven partir. Il peut déjà sentir la liberté, la tranquillité et aussi le soleil qui donnera du couleur ou chemin. Mais au même temps, llora porque tiene miedo, no solo a la travesía sino también a la soledad.

La petit barque se ressemble aux barques avec lesquels il a toujours joué. Ils n’ont pas l’air d’être si résistent, mais il faudra risquer. Quand il arrive a la côte d’Algeciras il souris en pensant: «La libertad está a pie de playa y huele a mar«. Son espagnol est pas mal déjà, il a aucun doute qu’il s’intégrera bien.

Samil, mitad hombre, mitad niño, argelino en Algeciras.

En sortant de la barque, il se rappelle de ses parents, qui sont pas là et se demande, sans désespoir: «Quand est-ce qu’on se rejoindra?».

24 mars 2014

Samil a toujours les yeux noirs, mais ils ont perdu un peu la patience. Il se retrouve avec un ami à la Puerta del Sol, à Madrid. «Hola colega«, se disent, et tout suit les deux se placent avec ses CDs et DVDs dans le trottoir. Les gens qui passent les regardent avec indifférence, personne n’achète rien. «Quel dommage!», ils pensent.

A la fin de la journée, c’est seulement la police qui vienne. Les deux amis s’enfuient et, malheureusement, ils perdent quelque CD et DVD en chemin. Ça fera, sûrement, un différence à la fin du mois…

Avant de se coucher il écris un lettre: «Querida mamá«, il commence. Il lui raconte comme est la vie en Espagne: «J’ai un grand maison, un chien et beaucoup d’espace. J’aime mon travail, mes amies et ma femme. Voici un peu d’argent, chère maman». Mais il doit finir d’écrire déjà car ses camarades dans la même chambre veulent dormir. «Apaga la luz ya«, ils lui disent.

Il finit la lettre: «Maman, j’espère que bien tôt on se rejoindra. Mais… là bas».

Traducción:

24 de marzo de 2004

Tiene los ojos negros, como el lago donde creció. «Samil, Samil», le dicen los niños cuando le ven partir. Puede notar ya la libertad, la tranquilidad y también la luz que le dará algo de color al camino. Pero, al mismo tiempo, llora porque tiene miedo, no solo a la travesía, sino también a la soledad.

La pequeña barca se parece a las barcas con las que siempre jugó. No parecen muy resistentes, pero tendrá que arriesgarse. Cuando llega a la costa de Algeciras sonríe mientras piensa: «la liberad está a pie de playa y huele a mar». Su español no está nada mal, no tiene ninguna duda de que se integrará bien.

Samil, mitad hombre, mitad niño, argelino en Algeciras.

Mientras sale de la barca, se acuerda de sus padres, quienes no están allí y se pregunta, sin desesperanza: ¿cuándo nos volveremos a ver?

24 de marzo de 2014

Samil sigue teniendo los ojos negros, pero han perdido toda la paciencia. Se encuentra con un amigo en la Puerta del Sol de Madrid. «Hola colega», se dicen, y se sitúan ambos con los CDs y DVDs en la acera. La gente que pasa los mira con indiferencia y nadie compra nada. «¡Qué pena!», piensan.

Al terminar la jornada, solo la policía llega. Los dos huyen y, por desgracia, pierden algún CD y DVD por el camino. Seguramente eso marque una diferencia a final de mes…

Antes de acostarse, Samil escribe una carta: «Querida mamá», comienza. Le cuenta cómo es la vida en España: tengo una casa grande, un perro y mucho espacio. Me gusta mi trabajo, mis amigos y mi mujer. Te envío algo de dinero, mamá». Pero tiene que terminar pronto de escribir por sus compañeros de habitación quieren dormir: «Apaga la luz ya» le dicen.

Termina la carta: «Mamá, espero que nos volvamos a ver muy pronto. Pero… mejor allá».

20 de marzo, Día Internacional de la Francofonía

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