10 marzo 2015
Gloria abre ese correo con un nudo en el pecho, con esa angustia focalizada que siente toda persona cuando se enfrenta a algo importante. Ni en eso ni en nada; Gloria no es especial, no es diferente, no es única. Está inmersa en las mismas angustias, en las mismas inseguridades, en las mismas sensaciones de tantísimos jóvenes españoles, italianos, griegos, portugueses, irlandeses, europeos, del mundo. Y, a pesar de compartir este problema con tanta gente, se siente sola en la escalada, porque la desgracia ajena no nos hace compañía cuando la vivimos también en nuestra propia piel, de tan concentrados que estamos en lo nuestro.
Hay tantas personas en este instante buscando infatigablemente algo que hacer por las mañanas, algo que contestar cuando en las fiestas le preguntan «¿a qué te dedicas?», que asusta. Buscan algo que les haga sentir que las horas de biblioteca ajenas al sol del fin de semana, las toneladas de apuntes deforestando la tierra, los nervios floreciendo como granos en la cara y las decepciones versadas sobre la almohada, no han sido en vano. Pero sí, en realidad, sí lo han sido. Bienvenidos al mundo.
Gloria, como muchos en este momento, abre ese correo y se enfrenta a otro «no», uno más que se apila sobre un montón de «noes» de ya ni recuerda qué empresas. Pensaba que se habría acostumbrado a estas alturas, pero no, la losa se sigue apoyando en el estómago. Y el mundo a su alrededor le sigue diciendo que no pierda el ánimo, que no abandone, que vale mucho, que ella puede, que ya llegará, que paciencia. Lo dicen cargando cada palabra de las mejores intenciones, de las mejores. No tiene duda. Pero Gloria no sabe dónde seguir buscando herramientas para construir ese podio que le haga sobresalir por encima de tanta gente que, a todas luces, está mejor preparada. Se le han acabado las fuerzas, se le han desgastado las ideas, se le han marchitado las ilusiones a fuerza de esperar algo que se resiste a pensar que no llegará nunca.
Mañana será otro día, se dice. Pero no, en realidad, será un día igual al anterior y, probablemente, al siguiente.