Siguiendo el ejemplo de mi amigo Miky, os ofrezco una lista muy personal de esas cosas que echaré de menos cuando muera:
- Los cereales con chocolate.
- Dormir sin despertador.
- El cielo de Madrid.
- Las palmas de las manos de la Mich.
- Las caras de la gente al no entender por qué tú y yo nos reímos tanto de una tontería.
- El crujido de la nieve virgen al pisarla.
- El primer baño del verano.
- Cuando te das cuenta de que dentro de poco va a besarte.
- El momento en que apunto en la agenda los detalles de un viaje que voy a hacer.
- Los últimos días de junio.
- Las barbas.
- Cuando mi madre me reserva la corteza del queso Parmigiano.
- Ese momento en que las musas te visitan.
- Cantar a voz en grito cuando conduzco de noche.
- La certeza de que las ciudades tienen alma.
- Las llamadas por teléfono de Sole para no decirnos nada importante.
- Cuando Nati dice “¡Pues al final no hemos hecho tanta cola!” después de un día en la Warner.
- Los mwailos.
- El momento en que la Mich me pide que le cante algo.
- Los restaurantes que ponen aperitivo sin pedirlo.
- Cuando ves a un padre jugando con su hijo como si tuviese su edad.
- La comida de avión.
- La gente que no dice “retrasado” para insultar.
- Cuando escampa.
- El olor tan característico de Campaspero, tierra de lechazo, vino y gente alegre.
- Ese momento en que dices algo exactamente al mismo tiempo que otra persona.
- Haber nacido en la época en que hay aviones.
- Internet.
- Los perros muy mansos.
- Cuando te dicen “tenemos que quedar” y luego te llaman para quedar.
- Los free tours en las ciudades.
- Los bufetes de desayuno de los hoteles.
- La lombarda en Navidad.
- El agua muy fría.
- Los letti saltanti.
- El “¿Se pueeeedeeee?” de mamá cuando volvía a casa.
- Ir a playas nudistas.
- Ordenar las fotos tras un viaje.
- La canción de “Moooovirécord” del cine.
- El momento en el que se apagan las luces antes de un musical.
- Los cuatro o cinco segundos previos a la caída de la Lanzadera.
- Los calamares del Cabraliego.
- Cuando Nati dice que moriría ahogada en la lasaña de mamá.
- Los ojos oscurísimos.
- El arte en todas sus formas.
- La sensación tras aprobar un examen.
- Cuando se me ocurre una nueva canción irritante sobre la Mich.
- Dormir haciendo la cuchara.
- La magia de los grifos.
- “Que lo veamos felices desde hoy en un año”.
- La stracciatella.
- Los paseos Caste.
- Cuando un extranjero te dice que le encanta España.
- Las interminables tardes de Reyes jugando al Trivial con la familia.
- Madrilear.
- Las tapas cutres sin las cuales tomarse algo no es lo mismo.
- La sensación de relax tras reír mucho.
- Que haya gente capaz de crear música.
- Volver a la niñez con solo leer: “Non accettate i falsi, esigete sempre e solo videocassette originali Walt Disney Home Video”.
- Volver a casa a las 4 de la mañana tras haber paseado toda la noche.
- Las visitas cuando vives fuera.
- Que a algún genio se le ocurriese hacer una cama.
- Que exista una ciudad como Venecia.
- Los hostales cutres que incluyen desayuno.
- El invierno, de Vivaldi.
- El concepto de «las fiestas de mi pueblo».
- Cuando Nati me dice a finales de cada agosto que le encanta septiembre porque vuelven las series, cierra la piscina y empieza el programa de Carlos Herrera.
- Los whatsapps solemnes de la Mich.
- El acento de Roma.
- Que te publiquen algo.
- La gente a la que le gusta vivir.
- Emborracharse de vez en cuando.
- Acordarme de lo que he soñado.
- El día previo a tu cumpleaños.
- Los bares donde se puede jugar a juegos de mesa.
- Los “halaaa” al desenvolver ciertos regalos de Navidad.
- La primera vez que mantienes una conversación en otro idioma.
- Cuando la Mich dice “tuaje” en vez de “tatuaje”.
- La medicina.
- Chueca.
- “D’you wanna tea, matha?” en la publicidad de las series.
- Las fachadas de las casas de Madrid.
- Lo dócil que estás cuando nos quedamos solas en casa.
- Que te compongan una canción y te pinten un retrato con las manos.
- Caminar sottobraccio.
- Cuando el chico que te gusta no fuma y encima odia el fútbol.
- Engancharte a un blog y no poder soltarlo hasta haber leído todas sus entradas.
- Las estrellas cuando es noche cerrada en el campo.
- La gente espontánea.
- Leer en los aviones cuando el viaje dura toda la noche.
- Entrar en una espiral de insultos con mi amigon a cada cual más ingenioso.
- Domenico Modugno.
- Planear los detalles de la fiesta que montaré el día en que haya visitado el último de los países.
- Las risas que son tan de verdad que resultan feas.
- Comer nata montada directamente del bote.
- Jugar al Pozo.
- Cuando te das cuenta de que la persona que te caía un poco mal en realidad es maja.
- El “¡Espera, espera, que son los cuartos!” de cada Noche Vieja.
- Los sábados.
- Cuando descubro una nueva canción con la que emocionarme.
Muy chulos tus 101 motivos ^^ Una enamorada de Madrid!
Seguro que has disfrutado un montón escribiendo el post y seguirás haciéndolo cuando lo releas cada cierto tiempo =)
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¡Muchas gracias, Fernando! Una enamorada hasta la médula, sí :)
Es un post muy personal y entiendo que habrá cosas que solo entenderán aquellas personas a las que van dirigidas, pero es mi pequeño homenaje para ellos.
¡Gracias por pasarte!
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