Alguien muy especial

14 enero 2015

Cuando tenía 12 años me ocurrió algo que nunca le conté a mi madre para no disgustarla. Estaba en primero de la ESO y el colegio nos llevó a hacer una salida al circo de Madrid. Cuando llegamos nos sentaron a toda la clase en una fila y justo detrás se sentó un grupo de personas con Síndrome de Down. A la salida del circo, estábamos mi mejor amiga y yo y a nuestro lado un chico muy popular y guapo, que nos gustaba a todas, esperando el autobús un poco más alejados del resto. En ese momento, pasaron el grupo de chavales con Síndrome de Down, de edades diversas, y entre ellos había una niña pequeña, rubia y muy mona que dormía en brazos de una de las monitoras. Al verla pasar, sentí una ternura enorme y dije, con toda la naturalidad propia de una niña de 12 años: «Se parece a mi hermana pequeña».

Cuando montamos en el autobús, yo me sentía bien, pensando incluso que el chico guapo se habían dado cuenta también de la infinita dulzura de aquella niña, porque había sonreído al oírme. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: pronto empecé a escuchar a otro de los chicos de la clase decirme: «Alessia, D. dice que tu hermana es amorfa». AMORFA. Por si fuera poco, aprovechando que era un día lluvioso, lo empezaron a escribir en el vaho de las ventanas.

Aquel día lloré mucho y, al mismo tiempo, recibí muchos abrazos de las niñas de la clase, que siempre fueron infinitamente más buenas que los niños, y de mi hermana Natalia, que como siempre logró quitarle mucho del dolor al asunto.

Cuando llegué a casa escribí el pequeño artículo que encontraréis más abajo y que me publicaron en una revista juvenil. Desde entonces he vivido muy pocas situaciones similares, pero  aquella tampoco fue la única. Sí son, afortunadamente, excepcionales, pues la gente es en general muy amable, cariñosa y respetuosa con ella, y también conmigo cuando estoy con ella.

Hoy Anna María cumple 23, y sigue siendo la mejor hermana que Natalia y yo podríamos imaginar. Los chicos de mi clase, que como muchos niños supieron ser crueles sin saber muy bien por qué, han crecido y son ahora chicos trabajadores y majos, a quienes nunca se les pasaría por la recámara del cerebro decir algo así.

Hace 7 años ocurrió algo que cambió mi vida por completo: nació Anna María, mi hermana pequeña. Fue el 14 de enero de 1992. Por aquel entonces yo era bastante pequeña, tenía casi 5 años y no entendía nada. Pero, a medida que fui creciendo, comprendí que mi hermana no era como las demás. Tenía el Síndrome de Down y eso la hacía «distinta». Yo no podría imaginar una hermana mejor. Pero la mayoría de la gente no piensa de igual modo. A lo largo de estos 7 años he tenido que aguantar las miradas curiosas, las burlas y los insultos. Por eso he escrito esta carta. Mi única intención con ella es transmitir al mundo entero que no deberíamos juzgar a nadie ni por su aspecto ni por su inteligencia, sino por su calidad como persona. Yo os puedo asegurar que Anna María es mucho mejor que la mayoría de la gente. Es atenta, cariñosa y es capaz de amar sin fin. Precisamente por eso, me gustaría pediros que abráis vuestros corazones cuando os encontrés con alguien como ella. Al fin y al cabo, no son tan «distintos»: lloran cuando están tristes, ríen cuando están contentos y solo queren querer y ser queridos. ¿Es algo tan anormal?
Gracias, Anna María, por hacernos felices a todos y gracias a vosotros por dejar desahogarme.
Géminis (Madrid).

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4 comentarios en “Alguien muy especial

  1. Anónimo

    Hola Alessia me ha gustado muchísimo tu comentario . Tu si que eres buena conmigo y la mejor hermana que podía tener . Con tu cariño no tengo miedo a nada y me has empujado a ir a la iuniversidad porque yo quiero ser como tu . Te quiero muchísimo a ti a Nati y a toda la familia . Love ANNA

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  2. Ana Herraiz

    Es verdad que hay niños que se comportan de manera cruel y ni siquiera saben porqué. Dejémoslo en que no tienen aún suficiente conocimieto de la vida y sobre las personas, son niños.
    Por otra parte: ¡Muchas felicidades para Anna María! :) Seguro que es una bellísima persona como dices. Besos

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    1. alelerele Autor

      ¡Muchas gracias por tu comentario, Ana!
      Efectivamente, son niños y a día de hoy me lo tomo así. En su momento fue tremendamente doloroso, pero que son cosas de la vida, ¿quién no lo ha pasado mal alguna vez de pequeño?
      ¡Un abrazo fuerte de parte de Anna María y mío!

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